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Lo que viene para Santurbán

La conservación no es posible sin la comunidad, y una línea divisoria no es garantía de protección.

Esta semana, la Corte Constitucional –con un fallo que derogó la delimitación del páramo de Santurbán– abrió un nuevo capítulo en la puja por el futuro de este invaluable ecosistema, y a la vez marcó una pauta jurídica sobre cómo debe ser la intervención de las comunidades en estos procesos. El alto tribunal consideró que la población no tuvo una participación real en la delimitación del 2014,por lo que le pide al Ministerio de Ambiente rehacer el proceso en este páramo, que surte el agua a cerca de 2’500.000 personas.

El fuerte llamado a la participación ciudadana –sobre la que incluso la Corte detalla mecanismos específicos– es deseable y necesario para la legitimidad de estas zonificaciones. Está claro que la conservación no es posible sin la comunidad y que una línea divisoria no representa garantía de protección si no se toman las acciones para mantener la conectividad y la salud de estos reinos de frailejones.

Precisamente, la relación entre el bosque alto andino y el páramo preocupa a los ambientalistas debido a la posibilidad de extracciones mineras a gran escala a escasos metros del área delimitada. La concertación sobre los manejos de esta franja es crucial.

“Es claro que el páramo debe destinarse para la conservación, porque de él dependen la provisión de agua y la mitigación del cambio climático”.
Pero no solo en ellos está la amenaza. La nueva delimitación también puede resultar contraproducente si las presiones de actividades agrícolas o mineras a pequeña escala se mantienen en la zona de páramo, como ha venido sucediendo por décadas en ciertos municipios. De igual manera, si las acciones para restaurar las áreas degradadas o retirar las actividades mineras no se ponen en marcha por parte de las corporaciones autónomas, con o sin delimitación, el páramo seguirá igual de vulnerable.

Es claro que el páramo debe destinarse para la conservación, porque de él dependen la provisión de agua y la mitigación del cambio climático. Los criterios científicos tienen que ser la base de la nueva delimitación, y las voces ciudadanas deben encontrar respuestas efectivas respecto a actividades productivas que no le hagan más daño a este valioso ecosistema. El Ministerio de Ambiente tiene en sus manos una tarea compleja que no puede dilatar ni simplificar.

En Cúcuta y Bucaramanga se realizó una jornada de protestas por la defensa del agua en el páramo de Santurbán.

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