Editorial

El Deterioro de los Recursos Naturales pone en peligro la Potencialidad Turística

 

En un reciente viaje al Estado de Chiapas (México) tuve la ocasión de visitar uno de sus mayores atractivos turísticos, el Cañón del Sumidero, que sin duda no solo no me defraudo, sino que además me sirvió como lección y ejemplo, de cómo debe gestionarse un recurso natural que es uno de los iconos o atractivos emblemáticos de una región, que explicare al final de este articulo.

Siendo este año el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo de la OMT-ONU y trabajando por lograr precisamente un desarrollo local competitivo y sostenible para los territorios a través del turismo, tema también de la celebración del I Foro de Turismo Sostenible en el Mundo Maya, organizado por el CIDES, en el conocido municipio de de San Cristóbal de las Casas, motivo por el que me llevo allí, para dar la conferencia inaugural, pude corroborar una de mis aseveraciones sobre la potencialidad turística.

Normalmente siempre se enseña que para determinar la potencialidad turística de un territorio es necesario realizar un inventario turístico y hasta una evaluación del mismo, aunque suele olvidarse que ésta ultima debería depender de los segmentos de demanda a los cuales nos queramos dirigir, para de estar forma poder construir el desarrollo de manera que podamos augurar un éxito o en todo caso evitar errores en el proceso de diseño turístico.

Y si bien, sabemos que la teoría de la segmentación turística convencional, está quedando obsoleta, porque la demanda y en general el mercado está evolucionando de forma que esos segmentos e hipersegmentos de la demanda, se han convertido en que cada consumidor es un mercado en sí mismo y por ende, habrá tantos mercados como turistas,  aun así al menos la segmentación nos ayuda a predecir y evaluar nuestros recursos y atractivos turísticos.

¿El turismo sostenible está de moda? ¿O es ya, una realidad incorporada? Pues la verdad no me atrevo a contestar porque depende mucho de la demanda que al fin y al cabo es la sociedad y claro está que cuanto mayor conciencia ambiental y social tenga, más exigente será con la oferta turística.

Y esta causa, a la vez condiciona que la oferta turística este evolucionando en esa dirección y no porque lo diga las Naciones Unidas y la OMT, sino porque las expectativas de una parte de la demanda lo exige.

Esta demanda pionera, va dejando un mensaje cada vez más fuerte en el resto del mercado, que junto con los medios de comunicación, d etodo tipo, provocan ese efecto de contagio, que puede convertirse en moda, pero que al fin y al cabo si logramos que se implante, se convertirá entonces en un hecho no reversible, lo que beneficiara tanto al territorio como a la población y por supuesto a la demanda.

Por tanto nuestra misión, de todos, es lograr que esta posible moda se haga realidad.

Pero retomando el viaje a Chiapas y en concreto visitando uno de sus principales recursos, como es el cañón del Sumidero, la sorpresa es que navegar por un rio y cañón, realmente espectacular pase de ser una experiencia realmente increíble, emotiva, placentera a de repente una sensación de alta frustración, ya que en medio de ese viaje por el rio, nos encontramos con una capa de basura tremenda, lo que deteriora el entorno paisajístico, observando una especie de capa o película de todo tipo de basura, que llega incluso a impedir la circulación de barcas.

Es un ejemplo claro de lo que no se debería permitir. No se trata ya de retirar las basuras sino de impedir que se siga vertiendo al rio, deteriorando el recurso o haciéndolo extinguir. Me recuerda también el caso del rio Fonce en la ciudad colombiana de San Gil, al que vierten aguas residuales sin depurar, incluso hoteles ubicados en la cuenca del rio.

Uno se llega a preguntar ¿Cómo es posible que una industria o actividad económica, como la turística, no le importa acabar con su recurso natural, su producto turístico, su experiencia y en definitiva su negocio y sustento económico?

¿e puede evitar? Por supuesto que sí. Es una cuestión de conocimiento, saber hacer y ponerse manos a la obra, pero sobre todo predecir y planear.

Pero la demanda sin duda, es la que obligara a que estas situaciones, cambien y no se repitan en muchos otros lugares de nuestro Planeta.

Es labor de todos.

Un cordial saludo,

Arturo Crosby

Editor Natour

 

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